El escrito más antiguo relativo a los templarios que ha llegado hasta nosotros es sin duda la carta o escrito que San Bernardo dirige a Hugo de Payns, fundador y primer maestre general de la nueva orden, respondiendo a los insistentes ruegos del destinatario…
En esta carta continuamente San Bernardo designa a los nuevos religiosos con el sustantivo latino de milites que podría ser traducido exactamente como soldados, recalcando y poniendo así de manifiesto y en primer plano el carácter militar de la naciente Orden, la primera de todas que acogía como señal de su propia identidad ese carácter guerrero, asumiendo como nota de identidad el uso de las armas, rompiendo con las tradiciones de la vida religiosa de más de un milenio.
Gonzalo Martínez Diez, S.I.